Contenidos

                                               Indice del libro

Dedicatoria
Rescatando la memoria
Una luz en el bosque
¡Y se abrió el telón!
Muy cerca de la Edad del Pavo
LAS PILDORITAS MÁGICAS DE LA BISABUELA
Ilustraciones
Libreto
Partituras
SUSPIRO Y EL DUENDE
Ilustraciones
Libreto
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LA CUEVA DE LAS MÁSCARAS ROTAS
Ilustraciones
Libreto
Partituras
IDALÓN Y LOS ESPANTABUENOS
Ilustraciones
Libreto
Partituras
Algo sobre el ilustrador
Glosario de términos



       ¡Y SE ABRIÓ EL TELÓN!
                                                     (Como en un sueño de fantasía)
                                                                                           Prólogo de Guillermo Jorquera Morales (1)
                                                                                                                                         Director Teatral
Acto único.-

En un extremo del reino, que era largo como un cordón de zapatos, un grupo de gente, con ideales comunes y alma de niños, forma y firma una manera especial de vivir: imaginando sueños, creando fantasías, regalando risas, llantos, emociones y sentimientos, especialmente, a los niños de la Comarca.

Para ello se dividieron las tareas y metas; había un Creacierto (2), muchos hombres y mujeres Cuentaciertos (3) y también un Coordinaciertos (4). La tarea era valiosa para todos, quienes trabajaban sólo por los aplausos como meta y la imaginación tenían como instrumento. Trabajaban en un taller, en el que preparaban sus regalos. Los Actuaciertos eran, además, maestros carpinteros, electricistas, sastres, que pronto decidieron formar un equipo aparte para denominarse los técnicos del taller.
 
Los niños de la Comarca, de esta forma, empezaron a crecer, valorando la vida, respetando y respetándose, contagiaron a sus padres, los que cada día, con más frecuencia acompañaban a sus hijos al taller, descubriéndose riendo en serio, aprendiendo a ver, a oír, palpar, oler y saborear la vida de una manera distinta a como ellos la conocían. De esta manera, nació una nueva forma de vivir, de convivir y de soñar, porque estos niños se fueron haciendo adultos y los adultos siguieron creciendo; pero, ambos, atesorando en sus almas su propia niñez.

El Creacierto imaginó sus historias en distintos ámbitos del universo; con protagonistas y antagonistas de fantasía, representando a buenos y a malos y entre ambos revelándonos el mensaje, la enseñanza, los valores y las metas. Estas historias ficticias, creadas para entretener, para transmitir y enseñar; captadas por los niños, fueron los valores que esta experiencia regaló a esa generación familiar. Además, la riqueza también estaba en la poesía y en la música de todas ellas, donde cada una de las canciones, envolvían el mensaje que el Creaciertos dejaba en el aire, para que los niños y adultos pudieran asimilarlos. Así, cada uno de estos temas adquiría vida propia, liberados de la trama podían existir y sostener una nueva historia. Las músicas fueron de dos Creamúsica (5), quienes siempre estarán en el alma de la gente del Taller. La vivencia con los niños los llenó de fortalezas y aplicando la misma técnica apuntaban a la comarca toda. Los niños, sin proponérselo, habían logrado que el taller se consolidara y, así, sin querer la etapa dedicada a la niñez fue su fundación. Entonces, ahora, ya tenían licencia para seguir creando, valorando y rescatando el patrimonio intangible de la Comarca. Así, de este grupo de soñadores, nació una nueva manera de transferir conocimientos, sabiduría, entretenimiento, valores, arte. Una manera común de ponerse de acuerdo para vivir felices. En consecuencia, los Cuentaciertos, creaban también para los adultos.

En estos primeros años (12), las obras infantiles del Creacierto, convivieron con los trabajos para adultos y para todos, trabajos de creadores chilenos y de reinos universales, como: Silva, Sieveking, Isidora Aguirre, Keeselring, Bustamante, Cáceres, Heiremans, Reynaud, Casona, Moliere, Simons, Cornejo, Contreras, Alcalde, Rivano, Benavente, Luco Cruchaga, Jardiel Poncella, René Senek, Andrés Pérez y de Jorge Díaz.

Las otras comarcas de nuestro y de otros reinos, supieron -a través de los chasquis- de la buena nueva e invitaron al Taller a visitarlos a fiestas de alegrías que se organizaban en distintas fechas. De esta manera, se hicieron conocidos y valorados en todas ellas, viajando a otros reinados, de donde se trajeron muchísimos aplausos, premios y elogios a cambio de la alegría regalada. Además, en todas las comarcas, el Creacierto dejó copias de sus creaciones para que fueran jugadas por sus propios habitantes.

El Creacierto, además de imaginar estas maravillas, escribió también para adultos; pero, lo más importante, es que se convirtió en el historiador del taller. Y, así, ha preservado y valorado el trabajo realizado por éste, a través de muchas publicaciones que todo el mundo puede leer y utilizar, para ser mejor.

Hoy, ha tenido la muy buena idea de registrar en este libro las primeras historias que su imaginación creó en la época de la fundación del taller, centrada en cuatro mundos de fantasías; uno con animalitos de un bosque ideal, otro con duendes y extraterrestres viviendo en una casona envuelta en imaginación creadora, un tercero con personajes habitando en la orilla de nuestro mar, jugando a encontrarse con la sinceridad y el último mundo en un espacio galáctico donde se buscan planetas de paz, de poesía, de verdad.

Al nuevo reinado que se instalaba en aquella época en nuestro territorio, no le gustaba mucho el trabajo de los cuentaciertos. Ese nombre y sus objetivos por cierto le molestaban al Rey, quien para no crearse problemas, sencillamente, bajó el telón de los talleres de todas las comarcas. Pero, en este extremo del reino, con un trabajo inteligente, serio, permanente, con mucho amor y verdad y con mucho asombro, fue al revés: casi como en un sueño de fantasía, ¡se abrió el telón!.

La idea, con este libro, es que esta nueva generación conozca esas aventuras, esos cuentos, esas obras teatrales que permitieron y enseñaron a vivir más felices a muchos niños y adultos en esos difíciles años en que el Nuevo Reino se había instaurado.
 
Epílogo: Gracias a las anteriores publicaciones (6) del Creacierto, se ha podido saber que el Taller de los Soñadores nació bajo la Universidad del Norte, sede Iquique, en el año 1974 (TIUN) y que luego fue cobijado por la Municipalidad de Iquique, bajo la administración de la CORMUDESI hasta el año 1992 (TENOR), para terminar su quehacer, a través del pedregoso camino de la autogestión, en el año 1998. Sin
embargo, todos los integrantes del primario taller, han seguido la senda iniciada en aquellos años y, hoy, algunos dirigen sus propios talleres, convencidos de que los sueños, los buenos sueños, pueden ser realidad.

Mi gratitud a Guillermo Ward, por hacerme parte de esta publicación, y a toda la gente que participó en la Etapa Fundacional del Taller de Teatro TIUN.
 
El ex–Coordinaciertos.
Iquique, Primavera 2012


1 Guillermo Jorquera Morales, fue durante 25 años (1974-1998) director del Taller de Teatro TIUN-TENOR en la ciudad de Iquique, Chile. En los primeros años de esta agrupación llevó a escena y dirigió todas las obras de teatro infantil escritas por Ward, las cuales se encuentran en este libro.
2 Se refiere a Guillermo Ward, como dramaturgo.
3 Se refiere a los actores y actrices del Taller de Teatro TIUN.
4 Se refiere a él mismo como Director del Taller.
5 Se refiere a Jaime Bustamante y a la profesora Teresa Lizardi, ambos ya no están con nosotros y descansando en paz.
6 Crónicas Teatrales, 25 años del Teatro del Norte. (2005) Ward, Guillermo. Oñate Impresores.